miércoles, 13 de octubre de 2010

“EL ROCK ESTA EN EL CHOPO”.

Víctor Sámano T.

De Cocula es el mariachi
de Rockotitlán los Rockers.
Sergio Arau..


A 30 años de la aparición, NO de un lugar, sino de un concepto, una idea que tal vez nadie imaginó que para éstos tiempos seguiría existiendo, hoy crece cada vez más, si no lo hace física, si lo hace culturalmente hablando. Los medios ya no lo satanizan, el gobierno y la policía ya lo toleran, los papás ya dejan ir a sus hijos ahí y la gente ya acude libremente. ¡FELICIDADES TIANGUIS CULTURAL DEL CHOPO!



Sábado a sábado allá por las calles de Sol en la antiquísima colonia Guerrero de nuestra bella Chilangolandia, se recrea lo que es el paraíso para todos los amantes del rock en sus diversas corrientes y variantes.

Visto este fenómeno desde las ópticas sociológica y antropológica, tenemos que es sumamente interesante, por múltiples razones, una de ellas, es que en este lugar se dan cita personajes provenientes de todas las clases sociales, de muy diversas y hasta antagónicas procedencias, podemos ver entre los visitantes desde los punk’s más lúmpenes, hasta los niños popis y juniors (en menor proporción) los cuales tienen un común denominador: la música en particular y la cultura contemporánea en general.

En este lugar es posible encontrar a la venta todo tipo de fonogramas, ya sean cassettes, cartuchos de 8 track’s (ya muy escasos casi para museo), discos de vinil de 45 r.p.m. y 331/3, cd’s, así como videogramas, video-cassettes, beta y VHS, discos láser y actualmente DVD. Pero no es todo, ya que podemos hallar también libros, no sólo ensayos de música, también literatura, poesía y tópicos y temas variados, partituras, colguijos varios, chamarras de piel con estoperoles, instrumentos musicales, y demás objetos ocasionales, además de poderse hacer un tatuaje, o ponerse una aplicación en el ombligo, oreja, lengua, en el rabo o cualquier parte de cuerpo.

Entre los visitantes distinguidos del “Tianguis Cultural del Chopo”, (que es como se llama oficialmente en la actualidad), ha sido posible ver en ciertas ocasiones entre sus pasillos a personajes como Federico Arana, Armando Nava (músico del grupo mexicano de rock Dug Dug’s), Jorge Reyes y al gran maestro Carlos Monsiváis (Q.P.D). Pero es bueno hacer en este momento una breve historia del Tianguis del Chopo.



Hacia el año de 1980, promovido por el Museo del Chopo de la UNAM, ubicado en la calle de Enrique González Martínez (antes del Chopo), se convocó vía radiofónica, (quien esto escribe lo escuchó en Radio Educación), a todos los interesados en este tipo de manifestaciones culturales a que libremente acudieran a intercambiar materiales discográficos, y a la par con esta actividad se invitó a participar en Talleres de Música, que iban a ser conducidos por personajes ampliamente conocidos en el ámbito del rock, como Guillermo Briceño, o los músicos de Real de Catorce., etc. El primer sábado fue toda una experiencia gratificante y se dio luz verde para continuar con tal práctica. Al avanzar el tiempo surge un problema ligero, que hay personas que llevan materiales (discos de acetato o vinil y/o cassettes en ese entonces), tan raros, escasos y consecuentemente cotizados, que es verdaderamente imposible intercambiarlos por materiales equivalentes tanto en términos económicos como estimativos.

Comienza así a ampliarse más la venta que el intercambio, esto disgusta a las autoridades del Museo Universitario del Chopo, y retiran el permiso de que se continúen reuniendo en el interior de las instalaciones. Sin embargo la práctica se hace ley y la gente siguió asistiendo sábado a sábado sin importar que esto se hiciera fuera o dentro del museo, con o sin permiso de las autoridades universitarias.

Así se continuó por mucho tiempo, hasta que un buen día las autoridades de la Delegación Cuauhtémoc, decidieron hacer valer el Reglamento de “Buen gobierno” (?) del D.F. y como ninguno de los fulanos establecidos allí tenían permiso para vender en la vía pública, fueron desalojados. ¿No sería mas bien que no estaban organizados con alguna lidereza tranza, mafiosa y gangsteril, que les consiguiera permisos por una módica cuota? Quién sabe, lo cierto es que hubo que movilizarse y empezó un éxodo de roqueros sin ser gitanos ni hebreos. De esta forma a unas cuantas cuadras de ese lugar en la colonia San Rafael, se rentó un terreno sin construir, el cual funcionaba entre semana como estacionamiento, para las actividades ya conocidas, ahí permanecieron un corto lapso, hasta que los lugareños se quejaron amargamente con los dueños del terreno por motivo de que sólo se juntaban para “drogarse” una bola de “greñudos apestosos”, además de peleoneros. ¿Acaso no se drogan (con alcohol claro, pero el alcohol al fin y al cabo también desde el punto de vista médico es una droga, la diferencia es que éste es producido por compañías que generan muchos ingresos y allí es donde sí se puede legalizar), los aficionados al futbol domingo a domingo y además generan mucha violencia sobre todo cuando juega nuestra heroica selección? Además todos los futboleros domingueros no andan muy perfumados que digamos. Sin embargo así sucedió y se reinició la búsqueda de la “Tierra Prometida”. Se fueron hasta el Casco de Santo Tomás, y duraron poco tiempo, porque los “porros” les “vendían protección” como en tiempos de los Intocables, claro está que no la respetaban. Hubo que emigrar.



El cambio fue geográficamente radical, se fueron al sur en Ciudad Universitaria, desafortunadamente de nuevo hubo problemas, y el placer duró poco. Llegan a la calle de Oyamel, cerca del Monumento a la Raza, una zona industrial, donde no pudieran quejarse vecinos gazmoños y persinados, zona en la cual los sábados no hay actividades económicas y no perjudicaban a nadie. Pero como dice el refrán popular: “hasta lo que no comen les hace daño”, y eso le pasó a alguna autoridad o político, ya que organizó y simuló de manera burda un atraco y pelea entre bandas y un sábado cualquiera, generó tremenda trifulca y zafarrancho, ya que llegaron “chavos banda”, (?) a bordo de patrullas, armados con metralletas ; balacearon el lugar, robaron materiales (discos y demás) con valor de cientos de miles de pesos y además alguien lanzó una granada o petardo, el cual ocasionó la muerte de una persona. Claro está, los responsables nunca aparecieron. Así la historia se repite, y se buscó otra parte para establecerse. Se trasladaron a un lugar cercano en la colonia Guerrero, a espaldas del Congreso del Trabajo, pero la miopía mental de algunas autoridades delegacionales, nuevamente hizo acto de presencia y se reinició la hostilización del personal, las páneles, hacían su recorrido por las calles buscando algún “sospechoso”, ¿de qué? quién sabe, lo cierto es que todos los asistentes potencialmente éramos “sospechosos”, y con peligro de ser detenidos gracias a la paranoia policíaca, por cierto algo muy cotidiano en nuestra querida ciudad. Nuevamente se pensó en movilizarse a otro lugar y así la historia continuaría interminablemente, hasta que a alguien se le iluminó el cerebro y pensó que debían organizarse y sacar todos los permisos habidos y por haber y establecerse dentro de la “legalidad”, del sistema, y así se hizo. Se organizó la sociedad “Tianguis Cultural del Chopo A.C.”, en donde ellos mismos crean cuerpos de seguridad para evitar los abusos policiacos ya demasiado conocidos, y usan actualmente unos chalecos bastante vistosos, con el logotipo del tianguis, vigilan no se vendan chelas, drogas o cosas prohibidas dentro del perímetro del tianguis para evitar que la policía tenga argumentos para cancelar los permisos que se tienen. Buscaron una calle y la encontraron, la calle de Sol de la misma colonia Guerrero, actualmente alberga “a todos los que quieren y a todos lo que aman el rock” cada fin de semana.

Es así como el Chopo como común y abreviadamente se le conoce, ya ha llegado a oídos de todos, incluso de gente extranjera la cual ya no es extraño toparse turisteando dicho tianguis que además día a día intenta abarcar lo más que se pueda su nombre oficial, nos referimos principalmente al término “cultural” ya que si es un espacio donde la música es el pretexto de toda ésta movilización, pues que mejor que destinar un espacio al final de los pasillos del mismo para que semana con semana se presenten agrupaciones totalmente en vivo mostrando de manera física todas las variedades habidas y por haber de lo que llamamos “rock”. Así también se encuentra destinado un espacio para la lectura, para muestras fotográficas y aunque usted no lo crea, para el cine también con ese espacio llamado cinematógrafo “el topo” en honor al filme del mismo nombre del director Alejandro Jodorowsky. De la misma forma surgieron los espacios para las personas que buscaban vender y/o comprar otro tipo de artículos que ya no tenían mucha relación con la música ni con el rock; hablamos de ropa en general (tenis, chamarras, sudaderas, gorras, sombreros, zapatos, pantalones, ropa interior y lo que ud. se imagine), situación que propició la aparición de las llamadas “bodegas” donde encuentras toda la ropa que puedas imaginar ya que las entradas y las salidas del tianguis en algún tiempo se vieron abarrotadas de vendedores y compradores de ropa y similares, cosa que ya no permiten los mismos miembros del tianguis, por simple seguridad y por seguir la línea original de este espacio “la música”.



Regresando a las presentaciones en vivo dentro del mismo tianguis; al espacio donde se realizan se le llamó “Radio Chopo” y para muchos ya es un lugar mítico, donde puedes ver a la banda más underground pero con un virtuosismo impresionante o también puedes encontrarte con el caso totalmente contrario. Pero algo que ha dejado marcado a Radio Chopo es la presentación de agrupaciones que aunque para muchos apestaban cuando se presentaron ahí y que a la fecha siguen pensando que apestan; nos guste o no y le pese a quienes nos pese, han dejado huella en el rock y en el rock mexicano también en cuanto a éxito, reconocimiento y participaciones en festivales nacionales e internacionales se refiere. Desde los Héroes del Silencio, hasta Panda, Zoé, Austin Tv (éstos últimos que formaron parte del cartél por el recién 30 aniversario del tianguis) y una enorme fila de bandas, pero ellos son los mejores ejemplos para lo antes mencionado.

Por lo tanto el rock sigue y al parecer seguirá estando en el Chopo.


Y no olviden que Hay buen Rock esta Noche.

Contacto: sacbe5mx@yahoo.com.mx

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